jueves, 6 de noviembre de 2014

“No sé lo que quiero pero lo quiero ya”

   Sigo sin saber por qué escribo aquí, y no en otro sitio, no sé, más personal. Es una sensación análoga a la de vivir. Escribir aquí podría decirse que es una buena metáfora de mi existencia (¿o de mi inexistencia?). No sólo porque escribo lo que me pasa, sino porque lo escribo como vivo. No me refiero a no encontrarle un sentido a la vida y todas aquellas sandeces como “estoy harto de vivir” o “la vida es aburrida” que vomitan las almas sufridas pero poco preparadas para pensar por qué es que sufren. Podría encontrarle un sentido a la vida fácilmente con una profesión, con la monogamia o con la verborragia (tan en boga en estos días), pero jamás podría hallarle EL sentido [por antonomasia]. No, lo que NO le encuentro a la vida es un principio y un fin. De dónde vengo y hacia dónde voy, sobre todo si sostengo que no existe el destino (ni fraguado de antemano por los hados del destino ni forjado por nosotros mismos.. pues: ¿existimos, acaso?). Ya ven que no tengo fe ni en Dios ni en el ego. Entonces, vengo de la Nada y hasta allí me dirijo cada vez alejándome más y más de la Nada-origen y acercándome más y más a la Nada-fin. No es nuevo lo que escribo, pero mi aceptación de ello sí que lo es (creo..). La vida como un suspiro (lo cual tampoco lo descubrí yo), un algo efímero, me deja al menos con alguna certeza. Ojo, que lo que busco no son garantías (pues nadie las busca a los 28 años, salvo los enfermos terminales), ni respuestas.. en realidad, no sé lo que busco, o como lo cantó Prodan: “no sé lo que quiero pero lo quiero ya”. En fin, no voy a ser yo el que llegue a ninguna conclusión, a nada definitivo, con respecto a la vida, así que acá cierro con el tema de la existencia (aunque esté en estrecha sincronía), para retomar el tema del porqué escribo aquí y no allá. Diría (sí, sí, otra vez) que intento conocerme ante un mundo que no se conoce a sí mismo. Y que intento no el vivir a través de la vida de otros (lo cual sería caer muy bajo), sino el que otros vivan a través de mí, nutriéndome yo con lo esencial de cada ser que atraigo (por la ley de atracción, según me dijo uno de los miembros de la Cofradía del Cogollo, de la que pronto escribiré algo). Yo les diría a todas aquellas almas humanas que atraigo hacia mi persona (por la razón que fuere), lo mismo que le dijo Iván Karamazov a su hermano Alexei: “mi propósito no es pervertirte ni quebrantar tu fe. Al contrario, lo que deseo es purificarme con tu contacto”. Y eso es todo lo que pretendo, en definitiva del otro (al menos esa es la idea en un primer momento, pues en una ocasión quise tener sexo con una testigo de Jehová que intentaba convertirme, pero eso ya es otra historia). No me juzguen ni mal ni bien, pues todos somos un poco Dios ante el resto: perdemos la cabeza y creemos que los demás están hechos a imagen y semejanza nuestra; tendemos a perdonar y a infligir castigos; nos consideramos modestamente superiores (valga el oxímoron); etc.. Tampoco me refiero a ser todo amor.. en fin, que si no lo entienden es porque antes tampoco yo lo comprendo, pues soy una suerte de galimatías ambulante o de Filóloco fanático. El tema está en que a veces es bueno lograr un equilibrio constante entre la soledad y la popularidad para no estar solos (pues tampoco es el camino más apropiado el mandar a todos al cuerno). Es importante tener amigos de los que nutrirse y ser una fuente a la vez para que estos también se nutran (si eso les sirviera para vivir). Escribió Ovidio: “Donec eris felix, multos numerabilis aricos, tempora si fuerint nubila, solus eris” (mientras seas feliz contarás con muchos amigos, pero si el tiempo se nubla, estarás solo). No sé si la felicidad viene a cuento, pero probablemente sí tenga algo que ver el estado de ánimo. Se necesita una actitud positiva ante la vida para tener muchos amigos, y una actitud compasiva para tener pocos. Hay que transitar el sendero de en medio, pues, y tener algunos amigos, lo más entrañables que se puedan hacer, aunque es difícil pues no encuentro ninguno, salvo el Ruso (quien vive bastante lejos) y otros amigos potenciales (es decir, aquellos con los que aún no he podido concretar una relación de amistad firme).



No hay comentarios:

Publicar un comentario