miércoles, 29 de octubre de 2014

Mis Cuadernos de hojalata

Debo recordarme el propósito de por qué escribo aquí, y no en un diario (que de hecho tengo, pero al cual no llamo Diario Íntimo como lo harían las señoritas, no se hagan los piolas.. lo llamo Mis Cuadernos, porque de hecho eso es lo que son, “Mis” porque indica pertenencia, y “Cuadernos” porque son buenos confidentes, y acabo de pegar dos en uno). De hecho lo de empezar un Diario se lo propuse yo a mi psicóloga made in china (no se lo imaginan, ¿verdad? de seguro que no..). Le dije más o menos lo siguiente: “Ya que no hablo mucho (ya que no hablo con usted, pensaba yo), se me ocurrió contar todo lo que me pasa en un cuaderno”. Se emocionó mucho, la pobre, y dijo que aquello le parecía muy buena idea, y que era un avance importantísimo (lo del “avance importantísimo” lo acabo de inventar en este momento), y terminó la sesión un poco antes aquel día. Era la primera vez que le decía algo más que SI o que NO o que PUEDE SER a aquella mujer, y de seguro consideraba que me había curado de lo sea que tuviera de mal en la psique. Pronto se terminaron las sesiones (pues había un número limitado, y existía cualquier cantidad de gente más neurótica y más pobre que yo haciendo fila detrás de mí). Me fui saltando en una pata en cuanto me lo dijo, pero con la sana determinación de llevar a cabo mi Diario (el cual no pensaba mostrar de todas formas a aquella escila freudiana), y lo llevé a cabo en Mis Cuadernos. Recomiendo el uso de Diarios o Cuadernos con los que canalizar la mierda de cada día..

En fin, que escribo para conocerme a mí mismo ante un mundo que no se conoce a sí mismo (o que a lo sumo, no hace nada por intentar conocerse primero). Debo decir que no es una tarea fácil: poner la mente en blanco por unos segundos, y pensar en nada, para luego sí, conocerse aunque sea un poco. Vaciarse de todo y de todos, deshacer los entornos de la rutina, desinfectar al ser de los agentes tanto de la civilización como de la barbarie. Dejarse llevar por la vacuidad, y a partir de allí, intentar armarse e intentar armar a Dios (porque, amigos míos, no lo tenemos con nosotros), intentar armar el amor, actualizar las variadas formas de hacer el bien en nuestro cerebro positrónico. No se debe armar lo que se halla desarmado, sino lo que se encuentra desperdigado por el mundo, sin usar o con un uso leve y gratuito. Cielos, que ya empiezo a escribir como un escritor barato de libros de autoayuda (mil veces SOCORRO). Quizás lo que intento por este medio sea “autoayudarme” de alguna manera, y en vistas de que Mis Cuadernos de hojalata sólo me llevan a adentrarme más y más en migo mismo (lo cual también necesito, pues no soy un libro abierto, para nada), planeo hacerlo un tanto popular, unos grados más accesible a la masa de posibles lectores; como si me abriera al mundo, pero sin salir de casa. Lo cual hubiera hecho a la larga de todas formas, si no por un canal digital, lo haría entonces a través de algún periódico local o revista o publicaría algo impreso, no sé. Así está bien igual, a través de mi propio espacio web..

Querrán saber (o no.. la verdad es que me da igual) por qué razón en lugar de conocerme a mí mismo en un mundo que desea conocer a otras personas, no intento yo también andar en la misma frecuencia que el resto; es decir, por qué no hago nuevos amigos. Sencillamente, no me sale. Hago nuevos amigos, me relaciono con ellos, convivo un tiempo en perfecta simbiosis con ellos, pero de pronto todo se acaba, me hago odiar, temer u olvidar. Salvo ciertas excepciones que apuntaré a su debido tiempo, no tengo amigos, y no tengo amigos, porque no creo en la amistad. Huxley dice en su obra Un Mundo Feliz que “una de las principales funciones de nuestros amigos estriba en sufrir (aunque de una forma simbólica) los castigos que nos gustaría infligir, y no podemos, a nuestros enemigos”, y como llegué a hacerme a la idea de que tengo tantos enemigos, que no los puedo enumerar a todos, porque de seguro varios se quedarían afuera, los pocos amigos que hago reciben todo el peso de la justicia ciega de mi amargo resentimiento sobre ellos; cuando mi odio debería ir dirigido hacia una mayoría que ya no tengo a mano. Aunque esto es solamente una teoría que vengo rumiando hace mucho tiempo (no es la verdad absoluta, una razón incuestionable..). El hecho es que no me duran los buenos amigos (quizás porque yo mismo no planeo que me duren), o es que soy demasiado minucioso en la selección de aquellos. Pero, ¿qué es un amigo? Pues Huxley no expresa una definición allá arriba, sino más bien una característica (que yo comparto, claro). Un amigo es una imagen que se tiene de uno mismo (esto no es un plagio, es me no me acuerdo de quién es la frase.. disculpen), y está bien porque se comparten afinidades de cualquier tipo con un amigo. Ya con el amor tengo mis dudas, puesto que uno busca llenar un vacío (emocional, sexual, edípico..) en cuanto se enamora de otra persona; es un acto espontáneo, una mecánica instintiva hacia el final, pues lo que busca es la reproducción humana. Dice Schopenhauer haciendo referencia al amor: “toda inclinación tierna, por etérea que afecte ser, procede del instinto natural de los sexos”. Y luego dice: “si el amor de las novelas y poesías, junto con el amor a la vida, tiene una influencia perturbadora sobre los negocios, interrumpe a todas horas las ocupaciones más serias, hace cometer locuras, rompe las relaciones más preciosas, hace del hombre honrado un hombre sin honor, del fiel un traidor y parece un demonio que se esfuerza en trastornarlo todo y en destruirlo todo, entonces estamos prontos a exclamar: ¿Por qué tanto ruido? ¿Por qué esos esfuerzos, esos arrebatos y esa locura? Si no se trata más que de una cosa muy sencilla: sólo se trata de que cada macho se ayunte con su hembra”. Es más o menos la idea que tenía este autor sobre el amor visto desde una perspectiva del todo práctica, funcional (y que sin duda guarda cierta lógica).. Pero en su apogeo, el amor, es una maravilla cósmica, de magnitudes infinitas, se diría que uno puede hasta tocar las estrellas con la punta de los dedos o asirse de la luna en ropa interior. Es un sueño hecho realidad (por trillada que se encuentre ya esta expresión). El amor hace explotar el espíritu, y el de otra persona incluso también, si se sabe hacia dónde dirigirlo. En definitiva, no tengo amigos ni un amor tampoco, pero no me lamento por ello (para nada), pues es una circunstancia que me permite SER enteramente. Podrán decir que aquello apenas si me permite ser humano, pero SER es infinitas veces más importante que ser humano o normal o civilizado. Me faltó escribir algo acerca del sexo, que es el puente móvil que siempre separa la amistad del amor, o que los une indefinidamente. Lo prometo para la próxima.

Las lluvias son aún más tediosas que el soporífero calor de hace un par de días. Un viento huracanado sacude las ramas de los árboles, mientras contemplo por la ventana cómo caen las enormes y frías gotas. Bragado fue azotado por un tornado, pero “mejor no hablar de ciertas cosas”, pues estamos casi pegados. Un cohete se sometió a las leyes de la gravedad antes que a la tecnología humana, y se desplomó en los EE.UU., explotando y todo (fue sensacional). Aclaro que no llevaba tripulación, sino ciencia.. 

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