Debo recordarme el propósito de
por qué escribo aquí, y no en un diario (que de hecho tengo, pero al cual no
llamo Diario Íntimo como lo harían las señoritas, no se hagan los piolas.. lo
llamo Mis Cuadernos, porque de hecho eso es lo que son, “Mis” porque indica
pertenencia, y “Cuadernos” porque son buenos confidentes, y acabo de pegar dos
en uno). De hecho lo de empezar un Diario se lo propuse yo a mi psicóloga made
in china (no se lo imaginan, ¿verdad? de seguro que no..). Le dije más o menos
lo siguiente: “Ya que no hablo mucho (ya que no hablo con usted, pensaba yo),
se me ocurrió contar todo lo que me pasa en un cuaderno”. Se emocionó mucho, la
pobre, y dijo que aquello le parecía muy buena idea, y que era un avance
importantísimo (lo del “avance importantísimo” lo acabo de inventar en este
momento), y terminó la sesión un poco antes aquel día. Era la primera vez que
le decía algo más que SI o que NO o que PUEDE SER a aquella mujer, y de seguro
consideraba que me había curado de lo sea que tuviera de mal en la psique. Pronto
se terminaron las sesiones (pues había un número limitado, y existía cualquier
cantidad de gente más neurótica y más pobre que yo haciendo fila detrás de mí).
Me fui saltando en una pata en cuanto me lo dijo, pero con la sana
determinación de llevar a cabo mi Diario (el cual no pensaba mostrar de todas
formas a aquella escila freudiana), y lo llevé a cabo en Mis Cuadernos. Recomiendo
el uso de Diarios o Cuadernos con los que canalizar la mierda de cada día..
En fin, que escribo para
conocerme a mí mismo ante un mundo que no se conoce a sí mismo (o que a lo
sumo, no hace nada por intentar conocerse primero). Debo decir que no es una
tarea fácil: poner la mente en blanco por unos segundos, y pensar en nada, para
luego sí, conocerse aunque sea un poco. Vaciarse de todo y de todos, deshacer
los entornos de la rutina, desinfectar al ser de los agentes tanto de la
civilización como de la barbarie. Dejarse llevar por la vacuidad, y a partir de
allí, intentar armarse e intentar armar a Dios (porque, amigos míos, no lo
tenemos con nosotros), intentar armar el amor, actualizar las variadas formas
de hacer el bien en nuestro cerebro positrónico. No se debe armar lo que se
halla desarmado, sino lo que se encuentra desperdigado por el mundo, sin usar o
con un uso leve y gratuito. Cielos, que ya empiezo a escribir como un escritor
barato de libros de autoayuda (mil veces SOCORRO). Quizás lo que intento por
este medio sea “autoayudarme” de alguna manera, y en vistas de que Mis
Cuadernos de hojalata sólo me llevan a adentrarme más y más en migo mismo (lo cual también
necesito, pues no soy un libro abierto, para nada), planeo hacerlo un tanto
popular, unos grados más accesible a la masa de posibles lectores; como si me
abriera al mundo, pero sin salir de casa. Lo cual hubiera hecho a la larga de
todas formas, si no por un canal digital, lo haría entonces a través de algún
periódico local o revista o publicaría algo impreso, no sé. Así está bien
igual, a través de mi propio espacio web..
Querrán saber (o no.. la verdad
es que me da igual) por qué razón en lugar de conocerme a mí mismo en un mundo
que desea conocer a otras personas, no intento yo también andar en la misma
frecuencia que el resto; es decir, por qué no hago nuevos amigos. Sencillamente,
no me sale. Hago nuevos amigos, me relaciono con ellos, convivo un tiempo en
perfecta simbiosis con ellos, pero de pronto todo se acaba, me hago odiar,
temer u olvidar. Salvo ciertas excepciones que apuntaré a su debido tiempo, no
tengo amigos, y no tengo amigos, porque no creo en la amistad. Huxley dice en
su obra Un Mundo Feliz que “una de las principales funciones de nuestros amigos
estriba en sufrir (aunque de una forma simbólica) los castigos que nos gustaría
infligir, y no podemos, a nuestros enemigos”, y como llegué a hacerme a la idea
de que tengo tantos enemigos, que no los puedo enumerar a todos, porque de
seguro varios se quedarían afuera, los pocos amigos que hago reciben todo el
peso de la justicia ciega de mi amargo resentimiento sobre ellos; cuando mi
odio debería ir dirigido hacia una mayoría que ya no tengo a mano. Aunque esto
es solamente una teoría que vengo rumiando hace mucho tiempo (no es la verdad
absoluta, una razón incuestionable..). El hecho es que no me duran los buenos
amigos (quizás porque yo mismo no planeo que me duren), o es que soy demasiado
minucioso en la selección de aquellos. Pero, ¿qué es un amigo? Pues Huxley no
expresa una definición allá arriba, sino más bien una característica (que yo
comparto, claro). Un amigo es una imagen que se tiene de uno mismo (esto no es
un plagio, es me no me acuerdo de quién es la frase.. disculpen), y está bien
porque se comparten afinidades de cualquier tipo con un amigo. Ya con el amor
tengo mis dudas, puesto que uno busca llenar un vacío (emocional, sexual,
edípico..) en cuanto se enamora de otra persona; es un acto espontáneo, una
mecánica instintiva hacia el final, pues lo que busca es la reproducción humana.
Dice Schopenhauer haciendo referencia al amor: “toda inclinación tierna, por
etérea que afecte ser, procede del instinto natural de los sexos”. Y luego
dice: “si el amor de las novelas y poesías, junto con el amor a la vida, tiene
una influencia perturbadora sobre los negocios, interrumpe a todas horas las
ocupaciones más serias, hace cometer locuras, rompe las relaciones más
preciosas, hace del hombre honrado un hombre sin honor, del fiel un traidor y
parece un demonio que se esfuerza en trastornarlo todo y en destruirlo todo,
entonces estamos prontos a exclamar: ¿Por qué tanto ruido? ¿Por qué esos
esfuerzos, esos arrebatos y esa locura? Si no se trata más que de una cosa muy
sencilla: sólo se trata de que cada macho se ayunte con su hembra”. Es más o
menos la idea que tenía este autor sobre el amor visto desde una perspectiva del
todo práctica, funcional (y que sin duda guarda cierta lógica).. Pero en su
apogeo, el amor, es una maravilla cósmica, de magnitudes infinitas, se diría
que uno puede hasta tocar las estrellas con la punta de los dedos o asirse de
la luna en ropa interior. Es un sueño hecho realidad (por trillada que se
encuentre ya esta expresión). El amor hace explotar el espíritu, y el de otra
persona incluso también, si se sabe hacia dónde dirigirlo. En definitiva, no
tengo amigos ni un amor tampoco, pero no me lamento por ello (para nada), pues
es una circunstancia que me permite SER enteramente. Podrán decir que aquello apenas
si me permite ser humano, pero SER es infinitas veces más importante que ser
humano o normal o civilizado. Me faltó escribir algo acerca del sexo, que es el
puente móvil que siempre separa la amistad del amor, o que los une indefinidamente.
Lo prometo para la próxima.
Las lluvias son aún más tediosas
que el soporífero calor de hace un par de días. Un viento huracanado sacude las
ramas de los árboles, mientras contemplo por la ventana cómo caen las enormes y
frías gotas. Bragado fue azotado por un tornado, pero “mejor no hablar de ciertas
cosas”, pues estamos casi pegados. Un cohete se sometió a las leyes de la
gravedad antes que a la tecnología humana, y se desplomó en los EE.UU.,
explotando y todo (fue sensacional). Aclaro que no llevaba tripulación, sino
ciencia..
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