miércoles, 29 de octubre de 2014

Atrapado en cinco estrofas

En un desierto sin horizontes
Busco a gritos despertar.
En las tinieblas de una calle sin nombre,
Se rompe la cárcel de mi ciudad.

Un espejo es la conciencia
De la falsa libertad.
La realidad no es un laberinto
Ni el hoy es una eternidad.

Que no me mienta el instinto.
Pues no existe ningún destino.
Quizá pueda haber ilusión,
Girando en un círculo continuo.

La muerte es plena inexistencia;
Encerrada en su prisión,
Refleja del alma su principal esencia,
De que la vida es sólo pulsión.

Pues a cada paso hay ilusión.
Atrapado sin salida.
Anegada de caprichos,
La vida es sólo un sendero de utopías.

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